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viernes, 8 de febrero de 2013

3.1 Aprendizaje cooperativo y colaboración.


3.1  Aprender en grupo  e interacción educativa.
Cuando se habla de aprendizaje mediado por los otros, o bien de aprendizaje grupal se refiere al grupo que aprende.  Según Schmuchk (2001:29) Un grupo lo define como “una colección de personas  que interactúan entre sí y que ejercen una influencia recíproca”. Dicha influencia recíproca implica una interacción comunicativa en la que se intercambian señales (palabras, gestos, imágenes textos) entre las mismas personas, de manera continua en un periodo dado, donde cada miembro llega a afectar potencialmente a los otros en sus conductas, creencias, valores, conocimientos, opiniones, prácticas sociales, etc.
Aunque los grupos varían en su conformación y en su permanencia, en el tipo de compromisos u objetivos mutuos que asumen, y en lo prolongado o profundo de sus intercambios, es necesaria  la presencia de interacciones significativas de sus integrantes.
El concepto de interacción educativa “recuerda situaciones en las que los protagonistas actúan simultáneamente y recíprocamente en un contexto determinado, en torno a una tarea o un contenido de aprendizaje, con el fin de lograr unos objetivos más o menos definidos” (Coll y Solé, 1990:320)
El rol del docente es el de actuar como mediador o intermediario entre los contenidos del aprendizaje y la actividad constructiva que desarrollan los alumnos para asimilarlos.
Los alumnos construyen significados a propósito de ciertos contenidos culturales y las construyen sobre todo gracias a las interacciones que establecen con el docente y con sus compañeros.
Las interacciones educativas más poderosas, en términos del avance del desarrollo y el aprendizaje de los alumnos, serán aquellas que les permitan construir cuadros de referencia explicativos, arribar a la teorización de conceptos y a la solución de problemas (Arievitch y Stetsenko, 2000)
Schmuck y Schmuck (2001) encuentran que los profesores que facilitan la interdependencia éntrelos estudiantes son aquellos que conceden gran valor a la relación de grupo, ofrecen apoyo a los alumnos y organizan experiencias educativas donde ocurren intercambios afectivos positivos, se atiende y respeta a diversidad y se promueven discusiones abiertas acerca de los contenidos del currículum y del grupo mismo.
¿Cooperación o colaboración?
 No existe una definición universal o consensuada para estos términos, se acepta que el aprendizaje cooperativo se refiere al empleo didáctico de grupos pequeños, en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su aprendizaje y el de los demás; por consiguiente, se asume que la interacción entre los estudiantes es la vía idónea para la adquisición activa del conocimiento (Mendoza, 2004)
En relación con el aprendizaje colaborativo, Dillenbourg (1999) plantea que la noción de colaborar para aprender en la educación escolar tiene un significado más amplio, que puede incluir al anterior. Observa la posibilidad de trabajar en una situación educativa en la que, en contraste al aprendizaje individual o aislado, aparecen varias interacciones armoniosas entre los estudiantes a lo largo de la clase, cuando realizan alguna actividad escolar. Como miembro del grupo los alumnos tienen objetivos más comunes aprendizaje y toman conciencia recíproca de ello, existe división de tareas y comparten grados de responsabilidad e intervención en torno a una tarea o actividad.
Fernández h Melero (1995), en el enfoque colaborativo se asume una distribución más equitativa del conocimiento entre el agente educativo o mediador y los participantes y se espera que la autoridad sea igualmente compartida. En el enfoque cooperativo existe un mayor control y sistematización por parte del profesor, mientras que en el enfoque coolaborativo, los estudiantes comparten con el profesor la autoridad y el control del aprendizaje.
E. Wenger plantea que una comunidad de práctica consiste en un grupo de personas que comparten un interés común con respecto a un tema o una serie de problemas  y que profundizan su conocimiento y destreza para afrontarlos a través de un interacción continuada. Así se requiere de un compromiso mutuo entre los participantes, un repertorio de significados por compartir.
Melero y Fernández (1995) plantea que tanto la cooperación como la colaboración son dimensiones importantes del aprendizaje grupal.
A diferencia que en el caso del aprendizaje cooperativo el acento está puesto en una serie de actividades o tareas altamente estructuradas por el docente, mientras que cuando se habla de aprendizaje colaborativo la responsabilidad y gestión del aprendizaje recae más bien en el estudiante y los pares.
Estructuras y situaciones de aprendizaje cooperativo, individualista y competitivo.
A los inicios del siglo XX Kofka psicólogo de a Gestalt, propuso que los grupos eran totalidades dinámicas en las cuales la interdependencia podía variar.
K. Lewin postuló que es el tipo de manejo en el cumplimiento de metas lo que motiva las conductas cooperativas y competitivas de un grupo.
M. Deustch postuló la noción de interdependencia social y plantea la teoría de la cooperación y competición, que ha sido la base de esta línea de investigación.
La interdependencia positiva tiende hacia la interacción promocional o estimuladora y da lugar a la estructura competitiva. Si hay ausencia de interacción entre los alumnos, es decir, no-interdependencia, conduce al individualismo.
La organización individualista es aquella en la que no hay ninguna relación entre los objetivos que persigue cada uno de los alumnos, pues sus metas son independientes entre sí.
En la estructura competitiva el alumno no es independiente entre sus compañero. Los alumnos son comparados entre sí, los mejores y los peores y son ordenados de esta misma manera. Las recompensas se les otorgan siempre a los mejores. Bajo esta representación de competencia, el alumno obtiene una mejor calificación cuando los demás han rendido poco.
Un esquema individualista y de competencia genera una motivación individual, con metas orientadas a obtener básicamente valoración social y recompensas externas.
El alumno bajo  las presiones de una situación competitiva, difícilmente siente deseos de aprender como un objetivo mismo, la sensación de autonomía, satisfacción personal por el aprendizaje logrado, pasa a un segundo plano, en comparación con aquellas en las que puede ganar prestigio social, o ubicarse en un nivel superior obteniendo reconocimientos y recompensas.
En una situación competitiva suele poner en desventaja al niño, porque recibe constantemente mensajes que le indican que sus habilidades son pobres y siempre son superados por los demás.
Otro aspecto negativo de la competitividad es en la que el alumno que ha vivido durante largo tiempo etiquetado como el peor, llega el momento en que desarrollan conductas muy poco solidarias y actitudes ilógicas, descalificando todo lo que los demás hacen.
Cuando se trabaja con esquema individualista y/o competitivo, se suele evaluar a los estudiantes con pruebas estandarizadas siendo relevante comunicar el puntaje obtenido y el lugar que se ha alcanzado.
En años recientes las reformas curriculares contemplan el aprendizaje cooperativo como elemento clave para la innovación educativa y aunque los profesores lo saben, existe una serie de dificultades que sortear: el número de alumnos y grupos que atienden, las normas de la institución educativa y sus sistemas de acreditación, lo extenso de los contenidos curriculares e incluso las propias presiones y expectativas de los padres de familia.
Otro problema es el desconocimiento tanto de profesores como de alumnos, respecto a la manera de cómo trabajar cooperativamente, puesto que no todas las actividades que se realizan se pueden trabajar en equipos. Por lo general los alumnos no tienen claro lo que es trabajar en equipo, únicamente se distribuyen inequitativamente el tema y lo copian literalmente.
¿En qué consiste la cooperación? Cooperar consiste en trabajar juntos para lograr metas y que tiene que darse la interdependencia positiva.
El aprendizaje cooperativo es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para extender su propio aprendizaje y el de los demás.
Una estructura de aprendizaje competitiva, individualista o cooperativa, intervienen no sólo las actividades a realizar, sino también la estructura de autoridad y la de recompensa y reconocimiento.
La estructura de autoridad se refiere al grado de autonomía que los alumnos tienen a la hora de decidir y organizar actividades y contenidos escolares y en consecuencia, al grado de control que al respecto es ejercido por los profesores o por otros adultos.
La estructura del reconocimiento puede variar en el tipo de recompensa, su frecuencia y magnitud, pero sobre todo, en el tipo de relación de interdependencia que se establezca entre los miembros del grupo, los resultados del trabajo cooperativo y las recompensan que resultan de un beneficio mutuo.
  Beneficios del aprendizaje cooperativo.
El trabajo en equipos cooperativos tiene efectos positivos en el rendimiento académico de los participantes, así como en las relaciones socioafectivas que se establecen entre ellos.
Al analizar más de 100 investigaciones realizadas con alumnos, donde se contrastaban el aprendizaje cooperativo, individual y situaciones de competencia, concluyen lo siguiente:
1.- Rendimiento académico. Las situaciones de aprendizaje cooperativo eran superiores a la de aprendizaje competitivo e individualista en áreas curriculares.
2.- Relaciones socioafectivas. Particularmente se incrementaron el respeto mutuo, la solidaridad y los sentimientos recíprocos de obligación y ayuda, incremento de la autoestima de los estudiantes, incluso de aquellos que habían tenido al inicio un rendimiento y autoestima bajos.
3.- Tamaño de grupo y producto del aprendizaje. Mientras más numeroso sea el alumnado en un grupo, menor es el rendimiento académico. Se observó que el rendimiento y logros de aprendizaje son mayores cuando los alumnos deben preparar un trabajo final.
Los mayores beneficios se encuentran en las escuelas que practican una cultura colaborativa, ya que no sólo adaptan el aprendizaje cooperativo como una técnica didáctica más. Y aún más podría conseguirse si dicha cultura extiende a los intercambios y forma de trabajo de los profesores, y preside su trabajo como educadores y la toma de decisiones colegiada.
 GRUPOS DE TRABAJO  Y COOLABORACIÓN
E n el contexto de los aprendizajes escolares se pueden identificar  tres tipos básicos de grupos de aprendizaje  cooperativo (Johnson, Holubec, 1999)
-Los grupos  formales: Funcionan durante un periodo, que va de una hora ó sesión a  varias semanas de clase. Son grupos  donde se trabaja para conseguir objetivos comunes en un grupo.
-Los grupos informales: Tienen como limite  el tiempo de duración de una clase (1 ó 2 horas en clase). Son actividades de enseñanza directa.
-Los grupos de base  o a largo plazo: Son grupos heterogéneas, con estudiantes que comienzan relaciones responsables y duraderas,  cuyo principal objetivo, es brindar apoyo y ayuda mutua a los otros compañeros.
-Los grupos de pseudo aprendizaje: Donde  los estudiantes cumplen la instrucción  de trabajar juntos, pero con poco o sin ningún interés. En apariencia  trabajan juntos, pero en realidad compiten entre sí.
-Los grupos ó equipos de aprendizaje tradicional: Los alumnos trabajan entre sí, realmente tienen la disponibilidad para hacerlo, intercambian información, pero la intención   por ayudar al otro es mínima.  En algunos  casos existen alumnos que se aprovechan de los más destacados y responsables y optan por dejar que los otros asuman la responsabilidad que les compete dícese llamar alumnos (POLIZONES).
Actividades  docentes y   diseño de situaciones  de aprendizajes.
Dentro de las actividades   docentes, los autores proponen la necesidad de que el profesor trabaje con cinco tipos de principios  y estrategias asociadas;
1-      Especificar con  claridad los propósitos del curso.
2-      Tomar ciertas decisiones respecto a la forma  en que ubicara  a sus alumnos de grupo de aprendizaje.
3-      Explicar con claridad  a los estudiantes la tarea  o actividad  y la estructura de la meta.
4-      Monitorear la efectividad de los  grupos de aprendizaje cooperativo e intervenir  cuando se requiera.
5-      Evaluar el nivel del logro de los estudiantes.
En relación a la explicación  de los propósitos, el docente requiere delimitar 2 tipos de objetivos.
-Los  objetivos académicos  referentes  a los aprendizajes  esperados en relación con el contenido curricular. Considerando  el nivel conceptual,  la motivación de sus alumnos, sus conocimientos previos y la signficatividad  de los materiales.
-Los objetivos  para el desarrollo de las habilidades de colaboración, donde deberá  decidirse qué tipo de habilidades de cooperación se enfatizarán.
Se recomienda que los grupos  de trabajo cooperativo sean heterogéneos, colocando alumnos de nivel alto, medio y bajo rendimiento escolar.
Por último, la evaluación del grupo requiere unir lo aspectos cualitativos y cuantitativos del aprendizaje logrado por los alumnos. Resulta  necesaria la evaluación del funcionamiento del grupo, que involucra una reflexión compartida entre el docente y los equipos de trabajo.
Algunas estrategias específicas                de  aprendizaje cooperativo.
En la literatura especializada son varias las estrategias que cubren los componentes básicos de la  cooperación y los principios educativos. Algunos autores lo denominan métodos didácticos, técnicas cooperativas, etc.  Pero se ha preferido nombrar las estrategias, por el significado dado a dicho término en esta obra, a continuación se enlistan las estrategias más difundidas en este ámbito.
 EL rompecabezas: se forman equipos de 6 estudiantes que trabajan con material académico que ha sido dividido en secciones como en miembros del grupo, de manera que cada uno se encargue de estudiar su parte, posteriormente se reúnen con grupos expertos e intercambian sus ideas luego regresan a su grupo original y enseñan y enseñan su sección respectiva  a cada grupo. Estrategia del rompecabezas no es igual a la tradicional que cada equipo se reparte, y no se comparte lo aprendido con los demás y el resultado  solo es la suma de fragmentos literales.
Es cierto que estas formas de trabajo son diferentes ya que: el trabajo individual consiste en trabajar en solitario para conseguir sus propósitos sin prestar atención a los demás, el competitivo consiste en competir entre los alumnos, como resultado debe haber más de uno para poder competir, y por último el trabajo cooperativo que consiste en trabajar entre sí (más de uno), de tal forma que cada alumno está interesado tanto en su propio trabajo como en el de los demás (interesado no es lo mismo que competencia).
El trabajo en grupo, se utiliza para enseñar que el trabajo se debe realizar con más de una persona,  el trabajo no puede realizarse de modo individual.
En cambio el trabajo cooperativo, no sólo muestra que existe más de un elemento sino que escoge un modo determinado de trabajar. Es decir este modo de trabajar se caracteriza por: Todos los miembros tienen funciones y conocen todo el trabajo, trabajan cara a cara, reconocen las críticas constructivas y reflexionan sobre lo realizado.


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